La ley de la selva | |||||
Edgar Cherubini Lecuna* / Soberania.org - 27/09/12 | |||||
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Los Yanomamis, Pemones, Piaroas y Yekuanas, serían las células a partir de las cuales se generaría el nuevo orden mundial | |||||
La noticia de una nueva matanza de Yanomamis en Irotaheri, en el Alto Orinoco, a manos de presuntos garimpeiros, ha provocado una ola de informaciones y declaraciones contradictorias. Este caso se suma a otros no menos turbios que suceden en el Amazonas, como fue la masacre de Hashimo-teri, ocurrida en 1993. Todos los Yanomamis de ese poblado fueron salvajemente asesinados, pero aún no se sabe a ciencia cierta qué sucedió allí y quienes fueron sus autores intelectuales y materiales. La miopía y el desprecio hacia la cuestión indígena han sido la constante demostrada tanto por los gobiernos como por la mayoría de los políticos. El Estado venezolano, desde el siglo XIX delegó en la Iglesia “el cuidado” de los indígenas como si se tratase de minusválidos, para luego permitir que ideologías mesiánicas, fundamentalistas, milenaristas y radicales los penetraran y hablaran en nombre de sus reivindicaciones. La Iglesia y las misiones evangélicas distorsionaron la cosmovisión y organización social del indígena. Andrés Serbín (Indigenismo y Autogestión), afirma que tanto la aculturación como la ideologización son ambas etnocidiarias. El indigenismo, postula la integración del indígena a la sociedad colonizadora bajo el pretexto de la consolidación de una identidad nacional, sus propuestas desarrollistas de apariencia humanista y progresista, enmascaran una intención de dominio. En contrapartida surge la denominada Antropología crítica, cuyos postulados definen a los grupos étnicos como “minorías socio-culturales con pleno derecho a mantener su propia identidad colectiva y a protagonizar, en tanto que sujetos históricos, su futuro desenvolvimiento societario partiendo de sus modelos culturales”. Una tendencia del pensamiento antropológico decidida a revitalizar las tesis de las razas puras y autóctonas, pero sin hacer referencia a la superioridad sino a la diferencialidad cultural como concepto clave. Los indígenas venezolanos, luego de quinientos años de olvido, se convirtieron de la noche a la mañana en los “dueños de su propio destino” por obra y gracia de la retórica del régimen. A los indígenas, que representan el 1.4% del total de la población se les reconoció, en teoría, los derechos sobre los recursos naturales de sus “ámbitos territoriales”, que abarcan cerca de 444.722 Km2, de los 912.050 Km2 del territorio nacional. Es una ecuación muy simple, quien controle a los indígenas, domina la mitad de Venezuela. |